Jesucristo es tu única Esperanza – Bob Jennings [Video]

Me gusta un Salvador que ha hecho todo el trabajo, y que ha tratado con mis pecados. Si alguno de nosotros peca, debemos recordar que tenemos un abogado. No te preocupes de lo que hayas hecho o no hayas hecho. Tienes que mirar al Salvador. Tienes un abogado. Sin Él estamos en graves problemas con el Dios viviente, pero tenemos el mejor de todos los abogados. Él nunca ha perdido ningún caso, Él nunca ha fracasado, Jesucristo el Justo.

No se trata de lo que hayamos hecho, podrías ir a la jungla de África y sacrificar cerdos y pollos por tu pecado, pero no te serviría de nada. Podrías ir a las montañas de los Andes y sacrificar jóvenes vírgenes por tu pecado, y no te serviría de nada. Podrías sacrificar ríos de aceite y miles de animales, y no te serviría de nada, dice Micaías. Podrías ir y ganar mil almas para Cristo, y no te serviría para encontrar el favor de Dios, para recibir su absolución ¡No hay absolutamente nada, nada que puedas hacer!

Así que tenemos que recurrir a Cristo «¡No traigo nada en mis manos, nada Señor! No hay esperanza para mí de poder estar delante del Dios Viviente en aquel gran día, excepto por quien Tú eres, y por lo que Tú has hecho». Cristo y Él crucificado, esto es el glorioso Evangelio.

No se trata de quien haya hecho qué cosas, se trata de una persona, y por eso ponemos la confianza en Jesucristo. Esa persona y lo que Él ha hecho en la cruz, Jesucristo el Justo. Esta es nuestra confianza. Sí, tenemos un abogado realmente bueno, tenemos a Jesucristo el Justo. Él no conoció el pecado, Él no cometió ningún pecado, Él no tuvo pecado ¡En Él no había pecado! Él llevó una vida perfecta, Él murió una muerte perfecta, Él resucitó con gran poder. Jesús dijo: «Consumado es». (Juan 19:30), y Dios el Padre respondió: «Es perfecto, está bien», y lo resucitó de la tumba. Lo sentó a su diestra, con toda la autoridad y lo puso todo en Su mano. Él es el hombre, Jesús de Nazaret, se le ha dado autoridad sobre toda carne para dar vida eterna a los que el Padre le ha dado.

Y yo digo: «Señor Jesús, confío, creo, realmente creo que Tú moriste por mí, Tú realmente fuiste propicio y quitaste la ira de Dios, y aquel día estaré confiado, por lo que Jesús ha hecho».

Ninguno tiene mayor amor que éste, que un hombre dé su vida por su amigo. Esta es la mayor manifestación del amor de Dios hacia ti como creyente ¡Este amor es tan maravilloso, tan divino, requiere mi vida, mi alma, mi todo! Imagínate que Jesús personalmente murió por mi ¡Personalmente! C. T. Studd dijo: «Si Jesucristo es Dios y murió por mí, no hay ningún sacrificio demasiado grande que le pueda ofrecer a Él».

¡Tienes que huir de la ira venidera! Y decir: «Señor Jesús, yo creo, creo que Tú moriste por los pecadores, creo que Tú moriste por pecadores como yo; voy en dirección al infierno, y no hay razón por la cual me debas llevar al cielo, pero estoy confiando que Tú moriste y realmente pagaste la deuda de mi pecado». Éste es el Evangelio. La buena noticia es que aunque soy un pecado que merezco el infierno ¡Ahora mismo puedo estar justificado delante de Dios y hallar favor en su mirada! Esta es la buena nueva, por lo que Jesús ha hecho.

¡Gloria a Dios! ¡Y gloria al Cordero para siempre! A Él sea la gloria, el poder, el honor y el dominio para siempre por lo que Él ha hecho.

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